En el panteón de los llamados libertinos eruditos La Mothe Le Vayer ocupa un puesto destacado. Toda su obra, y muy en particular la firmada bajo pseudónimo, como la que se recoge en este libro, se sostiene en los postulados de este particular grupo de intelectuales. Muy lejos de lo que hoy día entendemos por "libertino", en la Francia del Gran Siglo el término designaba a todo aquel que se alejaba del fervor, la credulidad y la abnegación exigida por la Iglesia de Roma; en su pura etiología, a un liberto, un liberado, un hombre espiritualmente emancipado. El libertino se manumita de toda fe y creencia para concederle importancia a lo que es verificable y evidente. No niega la existencia de Dios, pero lo concibe al modo epicúreo, esto es, que ocupado en sus asuntos apenas repara en los de los hombres. Con los libertinos eruditos, por tanto, se inaugura una exégesis ética radicalmente opuesta a la católica y se asientan las bases de la Ilustración. Autor apenas conocido y traducido en nuestro país, este volumen recoge dos de sus famosos Diálogos. En particular, el De las raras y eminentes cualidades de los asnos de nuestro tiempo, una pequeña joya del discurrir irónico a la manera de Luciano, es la primera vez que se publica en lengua castellana.